El designado ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, consideró que el Gobierno «perdió la oportunidad» de tomar una medida «revolucionaria», que era «hacer dos blanqueos a la vez: el de activos no declarados de la clase alta y el de incorporar a la economía blanca el empleo informal de los sectores más desprotegidos». Así se expresaba el economista hace poco más de un mes, cuando publicó una nota de opinión en un matutino porteño para analizar «por qué no arranca la economía de Macri».

En esa oportunidad, Dujovne -quien también supo co-conducir un programa en el canal TN- evaluó: «pasó el tercer trimestre y la economía todavía no arrancó. La caída del nivel de actividad ha tenido una forma de L, con una fuerte baja en el segundo trimestre del año de la que aún la Argentina no ha logrado emerger». «La economía va a arrancar, aunque sea más tarde de lo esperado. Pero con una situación social angustiante, la agenda de reformas es urgente», alertó.

Impacto muy grande
Para el designado ministro, «así como los sectores más competitivos de la economía dejaron de invertir en el país con la radicalización del kirchnerismo y con el advenimiento del cepo, los más dependientes de la protección, que triplican en tamaño a los primeros, sí invirtieron en las épocas de Guillermo Moreno». «Lo hicieron para aprovechar una estructura de protección y de financiamiento insostenible: los préstamos del Bicentenario -casi gratuitos- o la tómbola del Plan Fondear», añadió.
A su criterio, «la migración desde ese esquema, financiado por los consumidores con sobreprecios e inflación, genera una transición costosa. Y la recesión brasileña también ha generado un impacto muy grande sobre la actividad argentina. La caída de 3,5% del PBI brasileño explica unos 0,8 puntos porcentuales de la recesión local». Según el economista, «todos esos fenómenos no llegan a explicar la caída en el consumo de alimentos que se registra en 2016 ni la lentitud de la economía en reaccionar en el tercer trimestre del año». Para Dujovne, «con los datos que conocemos no se pueden explicar la magnitud de la baja del consumo ni el estancamiento del tercer trimestre. La explicación se encuentra, tal vez, en los datos que no conocemos. Y ello nos conduce a la economía informal». «El 35% de los trabajadores argentinos son empleados informales. Su sueldo promedio es menos de la mitad que el que reciben los empleados en blanco. En la economía informal el desempleo es muy alto: de los 1,2 millones de desocupados que relevó el Indec en el segundo trimestre, la gran mayoría provenían de actividades informales», advirtió. Y resaltó que «es inviable para un país, e injusto para quienes lo sufren, que el 35% del empleo sea informal. Ello ocurre porque tenemos impuestos, una justicia laboral y regulaciones laborales inviables». «La Argentina agrega además una justicia laboral que parece diseñada para que las empresas cierren sus persianas y sus dueños inviertan en Lebac», se quejó. Por ese motivo, dijo que «el otro blanqueo que tiene que encarar la Argentina es ése: incorporar a tres millones de empleados en negro y a un millón de desempleados informales a la economía blanca».
Fuente: eltribuno.info